Cuando una persona comienza su andadura televisiva como azafata de Precio Justo, es obvio que ha de tener unas aspiraciones futuras ligeramente mayores. Gracias a su buen físico y a sus "grandísimas capacidades periodísticas" consiguió catapultar su fama en 2006 cuando pasó a formar parte del personal de SLQH. Deslumbraba en la FHM, era la comidilla de los jóvenes calenturientos de la sociedad española, sin embargo, a veces la fama pesa. Más de cuatro años riéndose de la nula profesionalidad de Telecinco y de la noche a la mañana le llaman para trabajar allí. Más dinero supongo, no lo sé. Pero ella emigra y se dedica a presentar un programa de baile repleto de estrellas mediáticas (entre ellas Belén Esteban). Paradoja de la vida.
Es lo que en fútbol se llama ser chaquetero. Si eres Figo lo comprenderás mejor, si eres Raúl o Xavi jamás te atreverías a tirar a la basura el amor de tantas personas. Por tanto, no justifico que por un sueldo superior una persona tenga que caer en las faces de aquello de lo que ha satirizado durante buena parte de su carrera. También me ronda por la cabeza que lo haya hecho por una cuestión de escrúpulos, es decir, que se haya reformado como periodista y ahora quiera presentar programas de una índole más respetable. Sin embargo, me extraña considerablemente, porque trasladarse del humor de un programa popular donde lograste la fama, a una cadena todavía más criticada que la Sexta, no tiene demasiado sentido. Es como si un viejo comunista de la era de Stalin se convierte en un disidente de su partido y deja sus bártulos para erigerse como un capitalista en proa. Absurdo ¿verdad?
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